Hablemos sobre el dolor lumbar

El dolor lumbar es la enfermedad crónica con mayor índices de baja laboral a nivel GLOBAL. Afectará a más del 80% de la población al menos en alguna ocasión a lo largo de la vida.

Morant Fisioterapia

El dolor lumbar se ha convertido con el paso del tiempo en un problema de gran relevancia para la sociedad.

Según el Consejo General de Colegios Oficiales de Médicos y la Fundación para la Formación, se establece que los costes de la lumbalgia ascenderá a los 9.000 millones para el sistema sanitario - una cifra que quita el aliento, ya que supone el 0,64% del PIB nacional.

Además, esta lesión tiene gran riesgo de cronificación y sus costes se pueden equiparar a los de otras patologías prevalentes como las enfermedades cardiovasculares o el cáncer.

En consulta nos damos cuenta día a día de la multitud de pacientes que acuden con premisas equivocadas sobre el dolor lumbar. La más relevante es que seguimos anclados en el pensamiento de curar mediante remedios naturales como el calor, el frío o los estiramientos.

Lo primero que debemos averiguar es qué tipo de lumbalgia estamos padeciendo. No debemos actuar de la misma manera ante lesiones de carácter inflamatorio, lumbalgias mecánicas o neurogénicas. Muchos pacientes no llegan ni siquiera entender que proceso está ocurriendo en su columna lumbar.

En segundo lugar, es realmente importante entender que habrá casos que la única vía terapéutica será la quirúrgica, aunque por suerte, serán la minoría. Un gran porcentaje de estas patologías se pueden corregir de manera PERMANENTE realizando ejercicios específicos.

Por cierto, la natación, el pilates o el yoga no son ejercicios específicos para la lumbalgia, son modalidades de actividad física (que se adaptan bastante bien a la mayoría de los casos). En algunos casos pueden ser contraproducentes.

Has de saber que existen más opciones, puede haber soluciones mucho más sencillas de lo que imaginas para tu dolor. Por último, es necesario que los pacientes entiendan la necesidad de crear un hábito de vida. No nacimos para vivir 80 años, ni para conducir, ni para pasar el día mirando al móvil y la mayoría de los dolores del raquis provienen de estas actividad, generar buenos hábitos que luchen contra este tipo de acciones será fundamental para mejorar nuestra calidad de vida.